viernes, 12 de diciembre de 2008

Poemas de Raúl Artola

Fabla viril


Pasolini me ha hecho leer y yo lo quiero
como al padre que nos señalaba la página perfecta
los canales venecianos y el capitel corintio
la belleza de la rama de glicinas
que cae sobre el muro y evocamos
una mañana neblinosa al ir a clase
sin saber la lección
las manos ateridas y los pies mudos
sobre las baldosas húmedas, desparejas.
Me hace leer Pasolini esa página
y yo le agradezco en silencio
acompañado por su sombra
y su mirada de padre que no quiso ser patrón
pero voló por olímpicas alturas.
Me contagia un ensalmo envolvente, cálido,
para soportar el recuerdo
de aquellas mañanas impiadosas
y los atardeceres turbios
de regreso a la casa del amor arrinconado.
Y Pasolini no estaba todavía
para decirme: muchacho,
esto pasará, ya tendrás
tus horas de sueño y de vigilia ensoñada
para restañar las heridas,
aguanta el invierno de la infancia,
yo te miro y a mi modo te cuido,
y aunque no lo dijera aún
yo oía su voz en otras bocas,
en el aire adverso
se abría un canal amistoso
con un guiño celeste
a la altura de mis párpados
y del desconsuelo que sólo olvidaba
al cruzar la calle
para escuchar el piano que me devolvía
una paz ignorada,
rescoldo que siento en mi pecho
tantos años después.



Construcción del día (IV)

Es temprano
y esculpo una manzana
en la cocina.
La escasa luz
de invierno
empieza a filtrar
por la ventana
sus lentos pinceles.
La manzana
puede ser pez
magnolia
cerebro
granada
pero es el alba
y sería mejor
que el barrio
siga descansando.
Me como
la granada
antes
de que estalle.

* * *

Las puertas se cambian
cuando empieza
el otoño.
La luz es buena
el sol no recalienta
el aire
hay menos moscas
y el viento amaina
por las tardes.
Todavía Yolanda
no pasa
con su canasto
en la cabeza.

* * *

Después de la noche ritual
vienen las sorpresas:
muchos
pocos
no se han matado
y empiezan a circular
por el mundo muerto.
Encuentros-desencuentros
liberaciones
salvamentos
todo sin planes.
Antes de la noche ritual
la muerte parecía
el único camino.

* * *

Si te siembran el camino
con flores, agradece.
No preguntes quién
ha obrado el homenaje.
Solo trata de no pisar
la alfombra roja.

* * *
(A Roxana Toscano)

Y pudiste decir
sin desangrarla
a la hora
del mayor frío
los mecheros
a tope
las mandíbulas
prietas
lo dijiste
y una brasa
se prendió
en mis oídos
una braza
y sus perlas
de agua

(El verso anterior
lo escribió
una niña
que vino
en mi ayuda)

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