domingo, 12 de octubre de 2008

El lado de las palabras por Juan Carlos Moisés

EL LADO DE LAS PALABRAS

Si convenimos que todas las cosas tienen dos lados, las palabras deben de tener los suyos, por cierto. La primera pregunta es tan curiosa como necesaria: ¿Qué hay del otro lado de las palabras? Lo primero que se me ocurre es que puede haber una o varias versiones del lado que complementan. El otro lado de las palabras puede ser un ojo que ve a la reversa, como una escopeta que pudiera disparar también por la culata. ¿Está despierto o está dormido el otro lado de las palabras? Se me hace que hay que golpear de este lado para que el otro lado de las palabras se dé por aludido. ¿Si le hablamos, nos responde el otro lado de las palabras? ¿Si no nos responde, es eso lógico? ¿O es una desilusión? ¿O las dos cosas? Se supone que hay parentesco entre uno y otro lado. ¿Si pincho de este lado, del otro se escuchará un grito? A menos que se desinfle porque el tajo fuera demasiado grande para su resistencia. ¿Es fuerte o es débil el otro lado de las palabras? Puede que se le note la renguera al caminar, o que se tambalee si empujamos más de la cuenta, como si las palabras fueran un árbol, un hombre, una mujer, que caen al suelo por descuido antes que por gravedad. ¿Y si el otro lado de las palabras es como el lado oscuro de la luna, que nunca podemos ver desde donde estamos? ¿Habrá palabras en el otro lado de las palabras? ¿En ese caso, en qué idioma estará escrito el otro lado de las palabras? ¿Acaso está escrito? Ya no sé si lo que nos ocupa es un desafío para la gramática o para los sentidos. ¿Y si hubiera vacío, sólo vacío? En vano esperaríamos que nos devele un secreto inexistente. Entonces se me ocurre que la tarea de quien escribe sería poner un pie en ese vacío y dejar la huella.


Juan Carlos Moisés




3 comentarios:

blog de poesía patagónica dijo...

Juan Carlos, qué maravilloso texto, nos deja a orillas del acantilado, nuestros pies se balancean en ese vacío y el resto del cuerpo, otra ilusión, se agarra a la tierra.

Me hiciste acordar (gracias)
del ángulo recto que soy

soñando
curvas que cimbran

Silvia Iglesias

Sergio Sarachu dijo...

Juan Carlos, muy bueno el artículo!!! acabo de poner en mi blog algo que dice golpear en las letras para encontrar el sonido que calzan. Ja ja se ve que andamos agarrando palabras a patadas o con pinzas de cirujano para ver qué pueden decir o qué hay del otro lado de ellas! Un abrazo desde el vacío donde queremos dejar huellas.


Estoy en sergiosarachu.blogspot.com

macadamia dijo...

me dejó pensando, pensando en un ruso que decía que sí, que son reversibles las palabras, un halago es lo mismo que una puteada...o algo así. bajtín se llamaba el hombre y nos enseña que reirnos acerca, y ser serios aleja...ta güeno el blog. Los pongo como vínculos. Den una vuelta por el mío, aunque juan carlos ya lo hizo. besos a todos y saludos silvia (escribime) jorge si te copás también
desde san julián